Su no vive sola. Está acompañada al despertarse, la esperan en la puerta del baño cuando se da una ducha, la siguen a la cocina y la miran fijamente mientras se prepara un té. Dominó, su perro mestizo de un año, siempre está con ella y, en medio de la pandemia, no solo le da compañía, también libertad.

Al momento de hacer esta historia -mayo de 2020-, en Chile habían casi 276 mil casos de Covid-19 y 5 mil 575 fallecidos por la enfermedad desde que se registró el primer caso el 3 de marzo de 2020. Sebastián Piñera, presidente de la nación, decretó estado de catástrofe el 18 de marzo con el fin de tomar medidas expeditas para frenar al virus, entre ellas la cuarentena obligatoria para toda la ciudad de Santiago desde el 16 de mayo.

Otra medida fue establecer permisos de salida obligatorios para circular en zonas en cuarentena. Se solicitaban a través de la misma plataforma y durante semanas solo se podían solicitar 2 semanales, independientemente de para lo que se necesitara.

Para Su esto significó arriesgarse a ser detenida en el parque por no contar con un permiso diario para pasear Dominó, pero asumió el riesgo por la salud física y mental de su perro, también la de sí misma: esos minutos de libertad le sirvieron para sobrellevar la extensa cuarentena.

La realidad que vivió Su es la de muchos, su relación con Dominó es de mucho amor, atención y complicidad.

*Este trabajo fue desarrollado durante el taller Fotografía y Storytelling con Tamara Merino.